viernes, 21 de febrero de 2014

El catalejo lacado



Título: El catalejo lacado
Saga: La materia oscura (3/3)
Título original: The Amber Spyglass
Autor: Philip Pullman
ISBN: 978-84-666-3625-4

La sinopsis contiene spoilers de los dos libros anteriores.
Después de haber atravesado variados y diversos mundos y dimensiones, Lyra y Will se hallan en realidades distintas. El Tribunal Consistorial de Disciplina y la Sociedad de la Obra del Espíritu Santo persiguen a la joven Lyra que, inconsciente debido a un brebaje preparado por su madre, permanece oculta en una cueva perdida del Asia Central. Para su amigo Will, la imperiosa necesidad de localizar y reencontrarse con su compañera de fatigas constituye un especial desafío. Y, aunque posee la daga que le permite cruzar, con gran facilidad, hacia otros universos, el reto está plagado de dificultades.

Última entrega de la trilogía La materia oscura y es, sin duda, el libro que más me ha gustado de los tres. Debo admitir que, al acabar el primero, pensé en colgar la trilogía, pero, ya que me los habían dejado, decidí continuar. Y menos mal que lo hice.

Lo primero que me llamó la atención fue el pequeño cambio de estructura respecto a las otras dos entregas. Por un lado, al principio de la gran mayoría de los capítulos (se salva el último y no sé si alguno más) hay una cita relacionada con la historia, pero que, evidentemente, no estaba pensada para ello. También, al final de los primeros capítulos, hay un párrafo que no guarda relación con el capítulo, aunque sí con la historia en general, y que tiene continuación en este mismo párrafo del siguiente capítulo. Puede sonar lioso, pero no lo es; sería como una historia aparte que va por su propio camino y simplemente está colocada ahí.

En un valle situado a la sombra de unos rododendros, cerca del límite de la nieve, por el que discurría un arroyo de espumosa agua de deshielo y por el que revoloteaban las palomas y los pardillos entre los inmensos pinos, había una cueva, semioculta por un risco que se alzaba sobre ella y las abundantes hojas que se arracimaban abajo.

La historia evoluciona y los personajes también lo hacen, aunque sigo sin entender a Lord Asriel y a la señora Coulter (he llegado a la conclusión de que están como cabras y ya, que no hay otro motivo para sus actos). Por otra parte, Lyra (¡POR FIN!) deja de comportarse como una niña mimada y empieza a pensar en lo que hace (no mucho, pero algo es algo), puede que debido a que empieza a ser una persona medio adulta.

Hay momentos muy emotivos, tanto buenos como malos y me he dado cuenta de que, poco a poco, la historia va madurando y los libros dejan de ser tan infantiles. Al llegar al final he tenido un momento en que he pensado: "¿De verdad esta es la trilogía que me parecía tan enfocada a niños?".

El mundo había empezado a perder lentamente su colorido: un tenue verde grisáceo reemplazaba el verde intenso de los árboles y la hierba; un tono arena grisáceo, el amarillo vivo de los campos de máiz; un sombrío gris sangre, el rojo de los ladrillos de las casas...

Como puntos negativos, tengo que destacar la traducción, que, por lo general no es mala, pero hay algunas cosas que chirrían bastante y, por otro lado, en algunos momentos, es difícil saber exactamente en qué mundo se encuentran los personajes, puesto que no hacen más que viajar de uno a otro.

Solo me queda dar un consejo: si estáis planteándoos dejar colgada la saga en algún punto, no lo hagáis, aguantad un poco más, que merece la pena.

Lo mejor: me parece que se atan bien los cabos que quedaron sueltos en los libros anteriores, pero no por ello el final es cerrado del todo, deja sitio para la imaginación.

Lo peor: la relación entre Will y Lyra, que me parece algo forzada en algunos puntos.

En resumen, un grandísimo final para una trilogía que enamora poco a poco. Por eso, mi nota es: